El cambio climático y la «gente normal»

Entiéndase «gente normal» como lo que somos la mayoría, como el 99%, esas personas que tienen que salir de casa cada día para traer un sueldo porque, por mucho que quieran vendernos lo de «clase media», toda persona que necesite vender su mano de obra sin poder vivir de rentas, dividendos o intereses a su favor es de clase trabajadora.

Esas personas que, desde mi punto de vista, están haciendo el mayor esfuerzo para luchar contra el cambio climático no siendo las que lo están provocando – lo mismo que pasa con las crisis económicas – pero que ponen su granito intentando reducir el consumo de plástico, diferenciando basura o reciclando materiales. A pesar de esto el foco sigue puesto sobre nosotros y nosotras.

Las noticias nos culpan de incendios, deforestación o animales atrapados en mareas de plástico. La realidad es otra, la gran culpable de todo esto es la industria, la gran industria y el sistema capitalista que la dirige. Ambos incapaces de cambiar sus hábitos por miedo a elevar costes y perder parte de esos beneficios que les permiten no ser parte de esa “gente normal” y sentirse por encima, en una élite. Cada desgracia o catástrofe medioambiental es respondida por miles, cientos de miles, de acciones individuales que afectaran en un grado muy bajo al efecto del cambio climático, mientras tanto los supermercados siguen con las mayoría de productos empaquetados en bolsas dentro de otra bolsa de plástico, los embalajes de los grandes envíos de empresas farmacéuticas son de plástico y las baterías de los coches eléctricos – esos que parecen la salvación – dan dos vueltas al planeta antes de llegar a tu vehículo.

Que no te engañen, no tienes la culpa del incendio en el Amazonas, el avance de la desertificación o el deshielo de los polos, al menos no toda la culpa. Al igual que pasa en lo económico, con aquello de vivir por encima de nuestras posibilidades y demás chorradas para justificar rescates bancarios, el sistema quiere que creas que esto es tu responsabilidad evitando así tener que cambiar su modelo productivo, de consumo y, de paso, sacar beneficio del tema explotando el mercado “eco” y tengas que cambiar todo por productos “sostenibles”.

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